Muchos centros las están incluyendo en su política de servicios de atención al cliente
Sus detractores argumentan que amamantar es algo natural y no hay por qué esconderlo
Algunas de estas salas están ubicadas cerca de los baños o no se limpian con frecuencia
Cada vez son más las empresas concienciadas por generar un ambiente agradable
La
lactancia materna es la forma ideal de aportar a los niños pequeños los
nutrientes que necesitan para un crecimiento y desarrollo saludables",
reza la web de la Organización Mundial de la Salud (OMS), al tiempo que
recomienda la lactancia materna exclusiva durante los seis
primeros meses de vida del recién nacido.
No obstante, el ritmo de vida actual no siempre hace fácil la
compatibilidad de la lactancia materna con la vida laboral o social de la madre.
Sabiendo esto, algunos espacios públicos y comerciales han decidido incluir en
sus edificios una sala de lactancia en la que las mamás puedan dar el pecho a
sus bebés. Sin embargo, algunas usuarias opinan que las condiciones no siempre
son las mejores.
Coincidiendo con la Semana Mundial de la Lactancia materna, EL
MUNDO ha escuchado a todas las partes.
No se sabe
con certeza cuántas salas de lactancia hay en España. La web Zona de Lactancia
contabiliza unas 124 en todo el país, pero no son datos oficiales. En el Museo
Thyssen-Bornemisza inauguraron la suya en 2004, coincidiendo con las obras de
ampliación del museo. La sala es de unos siete metros y cuenta con lavabo,
cambiador, y un banco con cojines.
Más pequeña y austera es la del Parque de
Atracciones de Madrid, mientras que la del Centro Comercial Madrid Xanadú tiene
unos 15 metros y cuenta con cambiador para el bebé y microondas. La FNAC solo
tiene una en toda España, en Callao (Madrid), mientras que el Corte Inglés
alberga salas de varios tipos: algunas que van desde los cinco a otras que
llegan a los 20 metros cuadrados.
Evidentemente,
cuando se les pregunta a las empresas, todo son ventajas, pero hay madres que
no lo ven así. Muchas piensan que la existencia de las salas de
lactancia no hace sino fomentar que la lactancia materna se conciba como algo
que hay que ocultar.
Es el caso de Anna, madre de dos niñas y autora del
blog La Mamá Vaca, que considera que la lactancia materna está quedando como
algo escondido, y señala que hay que sacarla a la calle para normalizarla.
"Yo, con mi primera hija, usaba la sala de lactancia, porque al principio
tienes ese pudor y no quieres que te vean, pero más tarde dejé de hacerlo,
porque he visto muchas que son asquerosas, desde lavabos a salas que son un
cambiador, donde no me voy a encerrar a dar el pecho durante media hora porque
bloqueo el cambiador al resto de gente", explica Anna a este periódico.
Es el mismo
argumento que utilizan en La Liga de la Leche. Inma Mellado, monitora de esta
organización pro lactancia, así lo explica: "La mayoría de estas salas
tiene un olor nauseabundo, porque muchas veces están junto al baño, un
lugar donde nadie comería. Yo al menos no me tomaría un sándwich junto a una
papelera llena de pañales sucios que no se limpia con la frecuencia que
debiera", explica.
No obstante,
en la Liga de la Leche no demonizan estas salas. "Hay madres que sí las
usan porque prefieren tener intimidad, y hay otras que con sentarse en un banco
les basta para dar el pecho, y nosotras las apoyamos a ambas", cuenta Inma
en conversación con este periódico. Le pedimos que nos ponga un ejemplo de lo
que consideran que es una buena sala de lactancia, y lo tiene claro: las de
IKEA. "Para empezar, están en la cafetería, esto es, donde la gente come,
y no junto al baño.
Otras ventaja es que son amplias y abiertas, con suficiente
espacio para que entre el carrito del bebé, y con un sofá y juguetes por si vas
con otro niño mayor. En definitiva, está pensado como un sitio donde alguien va
a comer", concluye Inma.
En IKEA son
conscientes de la buena reputación que tienen sus salas, y quizás por eso son
obligatorias en todos sus centros. "Existen casi desde que existe la
empresa. Hay que tener en cuenta que casi la mitad de la gente que viene a
nuestras tiendas son familias con niños, y por eso ofrecemos este
servicio" comenta Arturo García, director de comunicación de la empresa a
este periódico.
Pero quizás la
mayor controversia que rodea a estas salas es la obligatoriedad o no de su uso.
En la Liga de la Leche lo expresan en estos términos: "El problema no son
las salas en sí, sino cuando obligas a una madre a utilizarla", sentencia
Inma, recordando que son varias las mujeres que han tenido problemas en este
sentido.
Ninguno de los espacios y empresas contactados por EL MUNDO ha
señalado que sus salas sean de uso obligatorio: todos han manifestado que no
habría ningún problema si la madre en cuestión quisiera amamantar a su hijo en
cualquier otro lugar del establecimiento. Sin embargo, sí queha habido
mujeres que han tenido problemas para amamantar a sus bebés en público.
El caso más
sonado fue el de la tienda Primark del Centro Comercial Río Shopping de
Valladolid, hace ahora casi un año, cuando, según el testimonio de Carmen Vega, fue
expulsada del establecimiento al entrar en la tienda dándole el pecho a su bebé.
Desde Primark se refieren al episodio como un malentendido, a lo que Carmen
contesta: "Malentendido no fue en ningún momento, yo lo entendí muy bien.
Se me acercó un guardia de seguridad a decirme que tenía que irme a la sala de
lactancia porque el resto de clientes se podían ofender". Este diario se
ha puesto en contacto con la empresa, que nos ha remitido al comunicado que
emitieron en su momento a raíz del incidente, que generó bastante revuelo en
las redes sociales.
El comunicado reza: "Nuestra política es bastante
clara en este sentido: Primark no prohíbe a las madres lactantes dar el pecho
en sus tiendas. Además, cualquier cliente puede solicitar una zona tranquila y
privada dentro de la tienda para amamantar a su hijo".
A raíz del
incidente, surgieron iniciativas de protesta que reivindicaban el
derecho de las madres lactantes a dar de comer a su hijo donde les plazca.
Es el caso del grupo “El mundo es mi sala de lactancia”. Incidentes aparte,
parece claro que estas salas son una buena opción para las madres a las que la
toma les pilla en medio de la ciudad y no se sienten cómodas dando el pecho
delante de la gente. Hay otras que, sin embargo, no tienen problema y se apañan
en cualquier parte.