Hemos tomado la iniciativa de elaborar un protocolo para los niños ante la inactividad del
Ministerio", denuncia Antonio Nieto, vicepresidente de la Asociación Española de
Pediatría y médico en el Hospital de la Fe de Valencia.
Nieto explica que
ayer se reunieron, por iniciativa propia y a través de videoconferencia, la
Sociedad Española de Urgencias Pediátricas, la de Cuidados Intensivos
Pediátricos y la de Infectología Pediátrica para redactar un protocolo
específico para atender a los casos sospechosos de ébola en
niños, que tanto desde el punto de
vista inmunológico como del de los tratamientos a aplicar, deben ser
tratados de forma distinta a los adultos.
"Determinados tratamientos
experimentales no podrían utilizarse con niños, porque no reaccionarían igual a
los efectos", puntualiza.
Reaccionarían de
forma distinta a la enfermedad
"La fiebre es
el principal motivo de ingreso en pediatría, pero la temperatura de 38,6º dada como referencia puede no servir. La respuesta inmune es diferente y
niños menores de tres meses pueden tener escasa respuesta febril ante
infecciones", explica E.F, médico pediatra del Hospital de Alcalá de
Madrid.
Esta médico, que
prefiere no dar su nombre, critica que no se hayan dado instrucciones
específicas para tratar posibles casos sospechosos de ébola en niños. "La
debilidad muscular se considera un síntoma en adultos, pero ¿qué significa eso
para un niño de meses de vida?", pregunta, de forma algo retórica.
"Es una medida que urge. Los niños
no son adultos en pequeño. Tienen características diferenciales. No hay que
olvidar que según un estudio científico, la
primera persona que se contagió de este virus fue un niño de dos años, en Guinea Conakry",
recuerda Nieto.
"Si el caso de
la paciente en Madrid ha pasado con un protocolo que supuestamente no tenía
fallos, no quiero pensar que podría pasar si existe un caso sospechoso en un
niño", afirma Nieto, quien recuerda, no obstante, que la mayoría de las
víctimas de esta enfermedad son adultos.
El niño que bailaba
con ébola
Hace sólo algunos
días, Médicos Sin Fronteras contaba la historia de Mamadee, un niño de 11 años
que ingresó a mediados de agosto en el centro de la organización en Foya
(Liberia), con naúseas, dolor muscular y diarrea. El segundo test que le
hicieron, cinco días después de presentar esos síntomas, dio positivo en ébola. Pero él, milagrosamente, mejoraba.
Corría, reía y bailaba ante los atónitos pacientes del centro de MSF.
A finales de
agosto, Mamadee seguía dando positivo en la prueba de ébola. Así que no le
dejaron abandonar el centro aunque él, aburrido, quería irse de allí, con sus
amigos, su familia. Una semana después, su hermana, Maya, de 14 años, también
ingresó en el centro y murió pocos días después. El 4 de septiembre se le
volvió a hacer una prueba a Mamadee. Dio negativo.
Él sí supero la enfermedad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario